jueves, 22 de marzo de 2012

EXIT

El viaje hacia lo sideral, lo desconocido, lo extraño. ¿Por qué emprenderlo? ¿Como superarlo?
Creo que no tiene cura y si hubiese alguna sería guardada bajo llave durante siglos y siglos, hasta que un absurdo "orbital" la descubra. El motivo por el cual se emprende, es fácil, todos tenemos la necesidad de movernos y de salir, aunque con grandes diferencias.
Mi opinión: Baje por el suburbio circular que mejor le corresponda

sábado, 10 de marzo de 2012

Lo que puedo hacer con una falda (a parte de bajarla)





@JCarlc

Estáis invitados a mi próxima fiesta del invierno

"Estoy preparando una fiesta con cup cakes y farolillos de feria, todo por montar un carrusel"

Hoy ha muerto un loco


Moebius - Splash Comic Art
El dibujante francés Moebius, padre del cómic, ha fallecido este sábado a los 73 años de edad tras una larga enfermedad, informa la emisora 'Europe 1'.
Creador de un universo muy personal, el dibujante francés colaboró en la concepción de los personajes de las películas Alien, de Ridley Scott; El quinto elemento, de Luc Besson, o Abyss, de James Cameron, entre otros.
"El verdadero Moebius se encuentra en todos los lados,, ahora está en el cielo"
     

Several diseases





jueves, 8 de marzo de 2012

La avaricia guarda el saco

Todo el mundo acudirá inmediatamente al lugar donde se encuentra la álgida situación, pero nadie ayudará...
Quizás por este motivo, donde la avaricia no rompe el saco, si no que simplemente lo guarda; Haciendo de ello una monumental catástrofe. ¿Qué me pasaría si ayudo? ¿Es bueno, malo, regular? ¿Te puedes quedar ciego por ayudar? Muchas cuestiones que solo tienen una gran solución, hablo del verbo probar, con todas sus letras. Por este motivo, la avaricia NO rompe el saco, lo guarda. Amén



Ejemplo de saco roto por avaricia a la hora de comprar juguetes
The Capital Letter

martes, 6 de marzo de 2012


"Es momento de reflexión y valoración de todo lo aprendido"
¿A que esperas?

"Es la razón del ser humano aquella que atenta y devuelve contra ti"
Agujeros del mundo, todo conocidos, ninguno abierto...¿será nuestra desdicha?





domingo, 4 de marzo de 2012

Hombre se suicida al no poder enfrentarse a la tareas domésticas

"Otra víctima de la violencia doméstica"



"Bailar pegadas, no es bailar..."

Lucky Jackons

 Nos viene con ideas
 Sin ideas no hay nada que hacer. Sólo con ideas, tampoco. Precisamos proyectos concretos y realistas. Las ideas sin proyectos son ciegas, los proyectos sin ideas, vacíos. El paso de las ideas a proyectos no es un simple salto, es una travesía. Nada suple la falta de ideas y hemos de procurar que sean fructíferas, con capacidad de modificación, de transformación y de mejora del actual estado de cosas. Tenemos muchas carencias, pero la falta de ideas no es menor. No hablo de lo que se nos ocurre, digo lo que ocurre.
Nada más corrosivo que considerar que las ideas son innecesarias, incluso en sí mismas peligrosas. No hace tanto oí a unos padres contar a unos amigos que iban a cambiar a su chico de colegio porque “nos viene  con ideas”, decían. Supongo que el muchacho respondía o proponía algo, o ponía en cuestión alguna cosa, o tenía criterio propio, o defendía determinadas posiciones, o mostraba dudas e incertidumbres, o cuestionaba. Lo caricaturesco de esta situación no impide que sea rigurosamente cierta y significativa.
Hay algo inquietante en todo esto. Se trataba de ideas. Pero hay un modo magnífico de desactivarlas que consiste en que, sin dejar de ser “ideas”, no pasen de serlo. Pueden decirse, pero no han de suceder. Es cierto que incluso en ese caso no son inocuas. Y por eso, antes de minusvalorarlas conviene no olvidar que unas son preferibles a otras. Y discernirlas.
La travesía de una idea a un proyecto supone no olvidar lo que se necesita. Un proyecto requiere además cierta organización y programación, determinados objetivos, un cronograma, algún sistema de evaluación que no sea indiferente para con los efectos, las consecuencias y los resultados, en no pocas ocasiones algún presupuesto y, en general, alguien, quizás un grupo de personas, dispuesto a hacerlo valer, a ponerlo en práctica, que crean en él y estén en condiciones de trabajar y de luchar por sacarlo adelante.
Un proyecto conlleva toda una planificación, una política. Se precisa implicación, medios, compromiso. Entonces, si el proyecto está nutrido de verdadero contenido, de un pensamiento efectivo y activo, si es el proyecto quien “nos viene con ideas”, producirá una verdadera concepción, será capaz de llegar a ser un concepto y concretarse y hacer como tal.

A pesar de los temores de aquellos desazonados padres y de las consecuencias de determinadas ideas -aunque lo que más parecía inquietarles en ese caso es que simplemente fueran ideas- hay un modo extraordinario de desactivar las ideas que consiste en clausurarlas en el ámbito de lo que puede pensarse pero no ha de ocurrir. Incluso en tal caso las ideas hacen, pero no faltan quienes disfrutan asistiendo al malabarismo de los que se entretienen ideando.
Conviene no olvidar que el camino no siempre es lineal, que no “tenemos” en primer lugar una idea y luego la “hacemos”. Entre otras razones, porque hay ideas que brotan de determinadas acciones, que nutren y sostienen una buena teoría y que son claves para la inteligencia práctica.
Nos viene con ideas2
Es cierto que en no pocos ámbitos faltan ideas, hay poca reflexión, poco pensamiento y ello hace que el discurso resulte simple, vacuo, falto de fuerza aglutinadora y configurativa. Eso sí, muchas veces disfrazado de falsa eficacia. Quizá la crisis sea siempre también, y a la par, una cierta pérdida de discurso, de ideas y de palabras que sean verdaderas concepciones. Y todo se nutre de recetas y de consejos. Bien es cierto que en general no estamos ninguno para exhibiciones, pero ello no nos impide hacer valer esa necesidad de discurso.
La falta de proyectos, de recursos, de implicación, no sólo impide la realización de importantes ideas, es que las agosta hasta presentarlas como sueños innecesarios. Y entonces, en nombre de un supuesto realismo, se preconiza la rendición ante el actual estado de cosas.
Sin proyectos, se adormecen las ideas, pero sin ideas los proyectos son meros actos de ejecución, cuya efectividad se reduce a satisfacer intereses, en ocasiones espurios. El buen hombre de acción nunca minusvalora las ideas, pero no se limita a enunciarlas. Todos estamos desafiados a buscar el porqué y el cómo realizarlas, sin embargo,  es preciso saber para que el hacer no sea autodestructivo, es preciso hacer para que el saber no sea simple olvido y ensoñación.
Me inquietan quienes en cualquier ocasión sólo “nos vienen con hechos”, siempre irrefutables, siempre determinantes, siempre incuestionables, siempre preámbulo de decisiones incontestables. Son hechos presentados de tal modo que sólo cabe aceptar las medidas que aquellos proponen, preludian alguna claudicación. Entonces,  las ideas parecen estar de más